Previamente a su colocación, un médico cualificado elaborará el historial médico del paciente y realizará un examen físico para determinar si es apto para el tratamiento. Si es así, se iniciará el programa de alimentación que no requiere de grandes restricciones en la dieta.
Además un nutricionista de nuestro equipo asesorará al paciente para maximizar los resultados. Mientras el balón elipse siga en el estómago, se encargará de generar una sensación de saciedad y ralentizará el paso de los alimentos.
El primer paso para colocar el balón consiste en la ingesta por parte del paciente de un pequeño dispositivo con forma de cápsula. Este trae adosado un pequeño tubo, a través del cual se suministran hasta 600 mililitros de líquido, permitiendo así que el balón se hinche una vez se encuentra dentro del estómago. Por último, el especialista procede a retirar el tubo.
Después de aproximadamente cuatro meses en el organismo del paciente, en lo que respecta al procedimiento de extracción, es igual de sencillo. Cuando se haya alcanzado el peso óptimo, el balón se desinfla de manera automática a través de una válvula que trae incorporada, siendo expulsado por medio del tracto gastrointestinal. Así, los pacientes se olvidan de ingresos o cicatrices gracias a esta técnica mínimamente invasiva.
No requiere cirugía ni anestesia, tan sólo se aplica una sedación para evitar posibles molestias. Por lo cual el paciente tendrá una rápida recuperación, sólo unos días después de la ingesta.
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