TRIBECCA CLINICS apuesta por la luz pulsada para lograr un rejuvenecimiento facial óptimo, porque hoy por hoy es el tratamiento de estética facial no invasiva más completo.
La luz pulsada intensa proporciona una luz de banda ancha que nosotros, a través de filtros de corte, podemos ir fraccionando en haces de luz con longitudes de onda específicas. Esto nos permite tratar distintos tipos de lesiones y distintas profundidades.
Esta luz se distribuye en pulsos muy focalizados que al llegar a la diana que tenemos por objeto se transforma en calor, produciendo daño exclusivamente a esa lesión y dejando el tejido circundante sin efectos secundarios.
Al tratarse de un tratamiento no agresivo es posible realizar tantas sesiones como el paciente requiera.
Consiste en la aplicación de una luz similar al láser, pero se aplica a alta intensidad y en frecuencia de pulsos. Es adecuada para corregir una gran variedad de afecciones dermatológicas y cosméticas mediante la emisión de una luz que penetra en la piel sin afectar a la epidermis.
Este tratamiento mejora visiblemente problemas como las arrugas finas, la flacidez, la sequedad, las manchas, los poros dilatados, los capilares rotos, las rojeces y la falta de brillo, rejuveneciendo el aspecto de la piel, de una forma rápida e indolora.
Con la Luz Pulsada podemos lograr Fotorejuvenecimiento facial, ya que estimula la formación de colágeno en las capas medias de la piel y permite reparar el tejido dañado por la exposición crónica a la luz, ayudando a recuperar el volumen y la elasticidad en el sistema de soporte de la piel. Por otra parte, ayuda a disminuir las finas líneas para reducir el tamaño del poro y la piel que, a medida que nos vamos fotoexponiendo, se torna apagada con la edad. La luz pulsada contribuye a que la piel se vuelva más brillante y luminosa, por tanto, mejoramos la apariencia, el tono y la textura de la piel fotoexpuesta.
Es ideal para tratar de forma eficaz el Fotoenvejecimiento del escote o de las manos.
La Luz Pulsada permite tratar distintos tipos de lesiones cutáneas y a distintas profundidades.
Son zonas de la piel con hiperpigmentación producida por exceso de melanina. Son indoloras y, normalmente, inofensivas, pero siempre es conveniente el seguimiento médico para descartar lesiones de mayor importancia. El primer paso es identificarlas y conocer su origen, porque no todas las manchas son iguales.
Las pecas son las más comunes y fáciles de reconocer. Cuentan con un reducido tamaño y una tonalidad marrón, provocada por una microlesión debida a la acumulación de pigmento. Suelen aparecer en personas de piel clara y su único inconveniente podría ser estético, no suponiendo ningún riesgo para la salud.
También llamados tenacetasias parecen en el área de la nariz y las mejillas, en personas con la piel muy blanca o fototipos bajos, con piel muy fina, o bien por la exposición medioambiental al sol, al viento, etc. Estos capilares rotos, junto con un enrojecimiento crónico y rubor también son muy característicos de las personas con rosácea facial.
También llamadas telangiectasias que son pequeños vasos sanguíneos superficiales dilatados en la piel que no suelen causar síntomas y solo suelen ser un inconveniente estético. Pueden ser causados por Rosácea, envejecimiento, problemas genéticos, exposición solar, uso excesivo de cremas esteroides o traumatismos en el área.
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